Mientras que la mayoría de los sintetizadores digitales modernos tienen un sonido relativamente consistente, los analógicos tienen personalidad propia. Pueden verse afectados por la temperatura y cuentan con tecnología antigua y maravillosa, como tubos, potenciómetros, válvulas y circuitos que pueden ser recalcitrantes. Pero cuando están de humor, producen gloriosos swoops, pitidos, arpegios metronómicos, phasing chirriante o aturdido, todo lo cual puede sonar a la vez clásico y moderno; como una nave espacial de madera y metal. Los nombres de los instrumentos son evocadores: Minimoog, Moog Voyager, Moog Sub 37, Korg 700s, Roland Promars Compuphonic, Prophet 6 y Roland JX3P.
La participación de la Orquesta Nacional de la BBC de Gales en temas como "The Claw" evoca todo tipo de recuerdos de las partituras de Bernard Herrmann, como "Jasón y los Argonautas", con metales audaces, instrumentos de viento traviesos, cuerdas crecientes, pizzicatos, y la duplicación de notas de sintetizador de bajo con timbales al inicio es pura genialidad. Los suaves pulsos al inicio de "Archimedes' Screw" son como gotas de lluvia electrónicas que se acumulan hasta convertirse en un torrente de componentes electrónicos en colisión; una descripción musical perfecta para el invento cuyo eje cilíndrico y tornillo interno giran para elevar el agua. "Heat Ray" logra transmitir la intensidad de la energía solar concentrada y el arco del sol; como tener un parque solar apuntando directamente hacia ti, y "The Sand Reckoner" es lo más cercano a cómo imagino que las matemáticas se traducirían en sonido.