$ 85,000
Franca, multidimensional, sutilmente psicodélica y llena de sentimiento. Un mundo en sí misma.
El disco brilla con esta extraña autosuficiencia, un instinto para seguir adelante contra viento y marea. Es lo que une a los depresivos hogareños de "Halloween", el romance onírico de "Garden Song" y el viaje campestre de "Graceland Too", una de sus mejores canciones hasta la fecha. Acompañada por el banjo y el violín y sus compañeros de Boygenius, Bridgers canta sobre una mujer que regresa a un mundo desconocido, lleno de horror y posibilidades. Al subir al coche y encender la radio, la asalta un pensamiento: "Puede hacer lo que quiera". Es una propuesta abrumadora, y antes de saber adónde va, ya está en camino.