Un relato en el cual el ajedrez se convierte en una metáfora de nuestra capacidad para intentar sobrevivir cuando todo parece conducirnos hacia la locura.
Catálogo
Un retrato duro y desencarnado de un amor absoluto, incondicional, secreto y obsesivo, que nace a partir de una carta.
Los textos aquí reunidos dan buena prueba de la sagacidad, la erudición y la elegancia a las que Zweig y su amor por los libros.
Estas cartas son un extraordinario testimonio del profundo vínculo que unió al escritor y a su primera esposa durante su vida en común y tras el divorcio.
Llevados por el estilo vibrante y didáctico del autor austriaco, revisitamos a Cicerón, al sultán Mehmet, o a Händel.
Zweig despliega su prosa envolvente, su fina ironía y su capacidad de análisis psicológico para crear un clásico.
Este volumen es la catedral literaria indispensable en Europa. Una mirada desgarradora poblada de relatos únicos.
«Delicioso, escrito con el mimo y la elegancia que caracterizan los retratos vieneses de Zweig». -La Vanguardia.
Llevados por el estilo vibrante y didáctico del autor austriaco, revisitamos a Cicerón, al sultán Mehmet, o a Händel.
Doce cuentos sobre el choque cultural de las costumbres nigerianas y americanas. Una visión algo nostálgica y critica sobre las relaciones entre ambos mundos.
La importancia de la historia, en sus matices de humanización y restauración.
La historia de una niña expuesta a la intolerancia y a la cara más horrible del Estado de Nigeria.
Una historia de amor a lo largo de tres décadas y tres continentes, atravesada por una sociedad llena de prejuicios.
El totalitarismo, la manipulación mediática y la reescritura de la historia desde una profecía autocumplida en busca de la lucha por la libertad.
Una fábula distópica que hace una crítica a Stalin desde la personificación de los animales y sus cuestionamientos políticos.
Esta sátira de la Revolución rusa y el triunfo del estalinismo, escrita en 1945, se ha convertido por derechos propio en un hito de la cultura contemporánea.
No es difícil pensar que Orwell imagino un futuro para la generación de su hijo, un mundo que deseaba prevenirle.
Los mecanismos de control de la sociedad orwelliana recuerdan a los del nazismo y el estalinismo, y su magnífico análisis del poder y de la manipulación.