
El tiempo que queda. Sobre envejecer en el fin del mundo
Envejecer hoy es un reto individual y colectivo. ¿Qué lugar ocupan los viejos en este mundo postcapitalista?
«… acoger la vejez como un momento más de la vida, con sus propias posibilidades en medio de sus impedimentos, implica aceptar ese cuerpo singular que somos, que vamos siendo; significa dejar de abstraerlo de la temporalidad, asumirlo como un cuerpo embebido, transido de tiempo. Y esto supone aceptar que el tiempo no es nunca un espacio vacío y colonizable. Porque el pasado no se puede simplemente superar, el presente no es solo lo que está dado y disponible, ni el futuro es un trayecto previsible a voluntad. Así nos lo recuerdan las marcas del cuerpo viejo, junto a los rastros que las intervenciones humanas van dejando sobre la Tierra, y los posibles futuros que en ella pueden desplegarse.»